viernes, 11 de febrero de 2011

Mundo paralelo

Imagina un lugar silencioso y al mismo tiempo empapado con sonidos de agua, de aleteos, de viento que corre. No hay nada más que lo que tú quieres que exista contigo. Olores dulces llenan tu nariz como si alguien hubiera horneado más de dos charolas llenas de galletas. El tiempo es sumamente relativo y puede sentirse como dos minutos o muchísimas horas. Solo hay tranquilidad y aventura, felicidad y una pizca de picardía.

Aquí vivo yo, en un mundo paralelo…Tengo trescientos cuarenta y cinco años. He vivido en esta tierra desde hace mucho más, sin embargo diariamente me maravillo por las pequeñas cosas que nos llenan y nos transforman. Quisiera leer un libro por día pero siempre parece haber una fuerza sobrenatural que me incita a dejarlo. Me encanta salir a respirar el aire fresco y jugar con las pequeñas partículas de energía que hay por doquier.  Las estrellas se ven moradas desde mi ventana y adoro la manera en la que tintinean por la mañana.

Realidad, fantasía o un poco de ambas. Y es que no somos nada más que eso…creaciones mentales que hacemos nuestras. Las diferencias entre esta persona y la que soy ahora no son muchas.

Y es que yo también amo hablar, hablar, hablar y callar otras veces; ver los colores en la música; disfrutar de un derretido helado de chocolate que es como un abrazo para el corazón; apreciar las horas en las que me río como loca; disfrutar el dolor.

Como esta mujer de trescientos cuarenta y cinco años trato de fluir y es que como Budita decía “Estamos en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí”. Armonía, tranquilidad, aprendizaje y entendimiento, sentir y amar...esto es todo, esto es lo único.

¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú?  
Creo que ambos lo estamos descubriendo…